CONCLUSIONES
El concepto de que el interés público o social debe prevalecer
sobre el interés particular o individual, aparece consignado como
requisito sine qua non para la existencia del ser humano en sociedad.
El Estado, conforme
a las legislaciones que efectué y las providencias que adopte, estás
encaminadas para el bien común, en contra de la amenaza constante
y peligrosa de los seres antisociales, velará por la seguridad de
cada uno de sus miembros, así como por la readaptación social
de aquéllos hombres que han tenido conductas contrarias a lo ordenado
o prohibido por el Derecho.
De los criterios filosóficos,
psicológicos, jurídicos y criminológicos que se sustentaron
alrededor de la psique del hombre, de los diversos conceptos de persona,
del libre albedrío, de la autonomía de la voluntad, de la
libertad en sus distintas concepciones, de los valores, de la capacidad
jurídica, de la responsabilidad penal, etc., se deduce que el ser
humano transgresor del Código penal, es imputable y culpable, salvo
el caso de algún transtorno mental transitorio o permanente, sin
que éste se haya provocado dicha situación.
La pena se impone
en relación con el daño causado, con el sujeto activo del
delito y en atención a la protección de la colectividad;
las medidas de seguridad, atendiendo a la peligrosidad de la persona física
y a la defensa social. La pena lleva en sí una finalidad retributiva;
las medidas de seguridad tienen como fin la curación readaptación
del enfermo y la protección y defensa de la seguridad.
El hombre es bueno
por naturaleza, por lo tanto no todos los seres humanos tienden al delito,
pero sí es factible que sus condiciones económicas, sociales
y culturales le aporten un campo fértil para la maquinación
de conductas antisociales. Cuando el ser humano transgrede la norma penal
al haber ejercido su libertad de obra y de pensamiento es comprendido y
estudiado por el derecho penal hubicandoló en un sentido de justicia
para evaluar lo que al parecer manifesto en su conducta, elaborando si
ésta es culposa, dolosa y conocer así el sentido real de
su comportamiento el cuál puede agravar o atenuar los hechos que
al parecer son antisociales.
El Estado debe tomar
con mayor enfásis su labor de readaptación social y antes
deberá procurar una cultura preventiva del delito apoyada por mejores
salarios y condiciones reales de vida para cada uno de los seres humanos
que habiten en su territorio nacional.